INTERPRETAR EL APOCALIPSIS

" El misterio de las siete estrellas que haas visto a mi diestra, y de los siete candeleros de oro : las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros que has visto , son las siete iglesias ". Este verso es uno de los más importantes del libro del Apocalipsis, su importancia reside que el m ismo libro se interpreta a si mismo, o dicho de otra forma, que en ocasiones en el mismo libro se nos dirá el significado de algunos símbolos.

El libro más misterioso del Nuevo Testamento no se vuelve intelegible, al menos en cuanto a su propósito , sino a condición de señalar las ideas directrices que han presidido su redacción. Sólo una mirada de conjunto sobre la arquitectura de la obra, permite descubrir las orientaciones de su autor y ponernos en condiciones de retraducir su itinerario de fe para las Iglesias actuales. Elucubrar sobre un versículo aislado, sin tener en cuenta el contexto, el próximo y el general, conduce inexorablemente o bien a una interpretación débil y muchas veces errónea, o bien a echar el libro en la pira de las brujas.

Esta forma de escribir se le da diferentes nombres : estructura concéntrica, inclusión semítica , desarrollo en candelero. Todas estas denominaciones se refieren al mismo sistema del pensamiento, que es preciso explicar a continuación. El procedimiento global consiste en situar en la cabecera una introducción al tema, desgranar, a continuación, metódicamente , los argumentos de un desarrollo que lleva a una conclusión ahora evidente. Se trata claramente de un procedimiento discursivo.

El peocedimiento semítico es un procedimiento incursivo , que sitúa el momento fuerte en el centro de la obra. Para expresar el núcleo del pensamiento es dispuesto como una joya en su estuche. Para lograrlo el escritor juega con sutileza con una serie de correspondencias entre el comienzo y el final del libro. Por eso se llama a este tipo de escritura " construcción en candelero " : la primera rama ( versículo ) está ligada orgánicamente a la última, la segunda a la penúltima, la tercera a la quinta; en cuanto a la cuarta , está aislada y ocupa, por tanto, una posición privilegiada ( esto se ve plenamente en muchos Salmos ).

El Apocalipsis ha sido escrito siguiendo este modo de proceder, tanto en estructura general como en innumerables casos particulares : se acostumbra uno muy pronto a ello y resulta a menudo muy elocuente, divertido y envolvente.

UNA MUJER VESTIDA DE SOL.

Hoy 15 de agosto es la solemnidad de la Virgen Asunta en cuerpo y alma al cielo . " Acabado el curso de su vida terrenal, fue llevada en cuerpo y alma a la gloria del cielo y exaltada por Dios como Reina del universo ". Con estas palabras el Papa Pio XII proclamó en 1.95o el dogma de la Aunción. Así María, nuestra madre, nos precede hacia la Jerusalén celestial como signo de esperanza firme y de consuelo para el pueblo de Dios, que está en camino, en peregrinaje.

En el Apocalipsis Juan nos la describe así : " Una gran señal fue vista en el cielo: una mujer, vestida de sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza; está encinta, grita , por el trabajo y el tormento de dar a luz..... El dragón se puso de pie, delante de la mujer que iba a dar a luz, para devorar a su hijo en cuanto le diera a luz. Ella dió a luz un hijo varón, que va a apacentar todas las naciones con cetro de hierro; y su hijo fue arrebatado hasta Dios y hasta su trono " ( Apoc. 12, l-6 ).

La identificación de este personaje ha hecho escribir voluminosos libros, con mayor o menor fortuna. La primera identificación es Eva , aquella cuyo mismo nombre evoca el parto ( Gn. 3, 20) y que desde entonces son laboriosos. De ella es de quien debe nacer una deescendencia, e iuncluso un descendiente contra quien desarrollará el dragón un incesante, aunque infructuoso, combate. La mujer -señales, por tanto, Eva restaurada, ya que todas las características principales de Gn. que le afectan están aquí claramente presentes.

Mas Eva, en quien se inicia la re-creación , es también la Hija de Sión, Israel, a quien Dios habia elegido como un esposo escoge a su esposa. Ella está erguida sobre la luna, que le sirve de pedestal, y está vestida con el sol, que le sirve de aureola : los dos astros , creados otrora para ser el reloj de carillón de las fiestas de Israel. En cuanto a la corona de doce estrellas, evoca las doce tribus, en conformidad con la imagen de Gn 37, 9.

Israel se encuentra en condiciones de dar a luz al varón hacia quien tiende toda la historia de la salvación. Es con la Encarnación como Israel realiza plenamente su vocación de Pueblo destinado a suscitar el redentor mesiánico, con la llegada a buen puerto de la Encarnación pone término de esta manera a su misión de precursor.

Por fin, loa identificación de la Mujer con MARIA , la madre histórica de Jesús. Es evidente que toda evocación del nacimiuento de Jesús trae consigo, al menos implicitamente, una alusión a María de Nazaret. Por tanto, aquí, como ocurre en el Evangelio de Juan, la persona de Maria , aunque dibujada en filigrana en el personaje de la Mujer.

Tres figuras se dejan comtemplar: Eva, la Hija de Sión y María. No da lugar a identificarla con la Iglesia de Cristo, como se ha hecho con tanta frecuencia de manera abusiva. Israel engendra a Cristo y Cristo mismo da nacimiento a la Iglesia , y no a la inversa. La Iglesia ni está envuelta de sol ni en condiciones de producir la Encarnación.

sa esta suerte , la Mujer misteriosa ( María ) anuncia, como nueva Eva, la aparición de una creación nueva ; como Hija de Sión, que llega, por fin , a dar a luz algo distinto del viento, hace levantarse la aurora de salvación, que ella comenzó a preparar doce siglos antes, cuando fue arrancada de Egipto y del desierto; por último , como madre de Jesús , da testimonio de que se trata de un acontecimiento histórico irreductible a un puro simbolismo.

INTERPRETAR LOS SIMBOLOS

La primera fotografia corresponde al tímpano de la iglesia de Santa Maria de Retortillo ( Cantábria) . Se ven enfrentados de forma simétrica dos leones alados, quizás los simbolos de Cristo que sujeta al Anticristo del Apocalipsis, mientras dos ángeles sostienen la cruz triunfadora.

La segunda corresponde a los signos del Zodíaco que Juan emplea con frecuencia.

La tercera la visión de los dos mundos : la Jerusalén terrestre y la celestial

Y la cuarta una portada del Apocalipsis con sus símbolos.


El Apocalipsis quizás sea el libro de la Bíblia más rico en símbolos .La cantidad de símbolos, eventos y procesos complica muchísimo la tarea de interpretar la totalidad de la revelación y como tal, ha sido objeto de numerosas investigaciones, interpretaciones y debate a lo largo de la historia. Todo símbolo es la represe4ntación gráfica de una realidad. Interpreetar, por tanto, con precisión los símbolos apocalípticos no resulta siempre una tarea fácil. Dos son las reglas principales que podemos enunciar :

Primera. es la del primado del origen y del sentido bíblico de los símbolos. Buscando a conciencia, es posible ciertamente encontrar para muchos símbolos un origen astral, mitológico( ya sea persa, indú o griego ). Incluso es propabler que en el punto de partida la astrología jugara un papel importante en el simbolismo : constelaciones, signos del zodíaco, fases de la luna, etc; nada indica, a pesar de todo, que el escritor que emplea un símbolo , que se ha vuelto tradicional, que se preocupe aún, ni siquiera que esdté informado, de estos lejanos orígenes. El símbolo no es tomado más que por el valor que ha adquirido en las Escrituras o en el conjunto de la literatura judía : este valor es el que siempre tiene y tendrá prioridad.

La segunda será la prudencia y la flexibilidad. El simbolismo del Apocalipsis es flexible y fluido, hasta el punto de que se habla de discontinuidad simbólica. Eso significa que una misma realidad puede ser representada por diferentes símbolos : una Iglesia puede ser tanto un candelero. una estrella, un ángel.... Y , a la inversa, un mismo símbolo puede designar realidades diversas : el policefalismo de las bestias puede significar o bien reyes - cabezas coronadas - , o bien imperios, o bien colinas. Por tanto, el hecho de haber identificado correctamente un determinasdo símbolo en un versículo, no implica en modo alguno que se deba aplicar siempre y en todas partes ese valor : únicamente el contexto permite decidir.