creació

dimecres, 11 de maig del 2011

APOCALIPSIS : SU LITURGIA.

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La Liturgia del Apocalipsis se compone de : estrofa, antiestrofa y epodo. La estrofa es corta y no consiste más que en una sencilla aclamación motivada , Esta va dirigida " al que nos ama ", el Verbo, conjugado en presente. El amor actual se concretó otrora en la aceptación de la Cruz Salvífica, por la cual se va a dar gracias. Este martirio ha tenido sobre nosotros un doble efecto : todos los creyentes en Cristo constituimos un reino y además sacerdotes para Dios.




Reino : nosotros los creyentes somos aquellos sobre quienes reina Cristo y por tanto debemos conformar nuestra conducta al modo en que gobierna el brey, a saber, mediante el servicio y el amor. Además los ciudadanos de este reino han sido constituidos sacerdotes para Dios. Se trata ciertamente del sacerdocio laico de los fieles que está ordenado principalmente hacia el culto y la alabanza litúrgica. Los bautizados no han sido constituidos sacerdotes-intercesores para interceder ante el Cordero por el mundo, aunque esta dimensión no está ausente, sino para Dios, cuyos sacerdotes y chantres son.


Este recuerdo de la acción de Cristo en favor nuestro le vale al Resucitado una doble doxología ( gloria y poder ). De este modo se confiesa una victoria y no expresar un simple deseo. La asamblea responde con el AMÉN tradicional de las litúrgias judía y cristiana a esta confesión.




La Antistrofa. Este fragmento anuncia una venida inminente ( viene , en presente) de Cristo, pero acompañado de nubes. La nube es un atributo divino que vela la gloria de Dios, insostenible para nuestros ojos. Cristo viene divinamente, no en el centellear de su gloria, sino envuelto en una nube. Su venida no es ni fulgurante ni espectacular, aunque cualquier mirada humana puede verla. El que haya creído sin haber visto, recibirá esta visión como una recompensa.





Cristo viene .No se trata aquí de su regreso, sino de su venida. Hablar de regreso sería hacerse la ilusión de un acto futuro irrepetible, siendo que la venida es inminente e incesante posible. La expresión " vengo con premura " acentúa aún más esta certeza. Hemos de distinguir dos modalidades de esta venida, según nos situemos en la Iglesia o entre las naciones paganas.












Cristo viene a la Iglesia de una triple manera. En primer lugar viene para juzgar, no como un juez supremo, cuyos decretos o sentencias son definitivos y sin recurso, sino como pedagogo de las comunidades, a las que viene a aportar remedios y consuelos. Viene a animar y recompensar. En segundo lugar viene para entregarse a si mismo ( eucaristia ) una venida rítmica prop ia de un juez- pedagogo. Y por último la jurisdicción de Cristo siobre las Iglesias se ejerce de una manera permanente. Esta consiste en un acto verbal, en una Palabra que provoca a iniciar acciones. Es esencialmente la Palabra, lo que se adecua perfectamente al Verbo Encarnado. La presencia de Cristo se manifiesta, por tanto, a través de la predicación que denuncia y exhorta, condena y retribuye, alienta y estimula. Así, para la Iglesia, los acontecimientos eucaristia y lectura de la Palabra constituyen momentos privilegiados para el Cristo que viene.







La venida de Cristo en medio de las naciones paganas se realiza de otro modo. En el caso de los gentiles , la venida del Señor adopta asimismo la forma de una Palabra, de un mensaje conociddeo bajo el nombre de " Evangelio eterno ) ( 14,6 ). Los actos de predicación del Evangelio por parte irrupde la Iglesia ( el apostolado misionero ) es la puerta por la que penetra Cristo en el mundo entero. La condición para que esta irrupción se vuelva identificable es , evidentemente, la fidelidad absoluta de los misioneros a la Palabra de Dios, tal como está condensada en el Evangelio de Cristo, sin alteraciones ni asperezas ni añadiduras.






El Epodo es la respuesta final a la litúrgia. Dios se presenta como lo que es, a saber, " Aquel que es, que era y que viene ". De Dios se dice que es alfa y omega , primera y última letra del alfabeto griego. El Talmud, interrogándose sobre la naturaleza del pecado de Adán, afirmaba que habia pecado " de alaf a tau " , primera y última letra del alfabeto hebreo, para significar la totalidad de su pecado. La universalidad se representaba por el conjunto de las vocales del alfabeto, algo así como Austria, que se ha dado como divisa A E I O U ( Austriae est Imperare Orbi Universo ).






¿ Qué sentido concreto es preciso atribuir a este tírulo divino de alfa y omega ?. Su intención no parece ser la de evocar la eternidad de Dios, que es algo que cae por su propio peso, sino la de indicar su presencia en el principio y en el final de todas las cosas: Él habita en todas las Escrituras y en todos los acontecimientos, desde el comienzo hasta su término. Por tanto, se sitúa al comienzo de la historia, como proyecto, y en su acabamiento, como esperanza. Entre estos dos puntos se desarrollan los dias de los hombres, como un paréntesis infinito de actividades de lugartenencia de la creación y de preparativos para el cielo nuevo y para la tierra nueva. Y Dios reina sobre este tiempo como PANTOCRÁTOR , como el Todopoderoso.