De este modo comienza el Apocalipsis : " Revelación de Jesucristo; se la concedió Dios para manifestar a sus siervos lo que ha de suceder con premura; y envió a su ángel para comunicársela en signos a su siervo Juan, el cual da testimonio de todo lo que vio : la Palabra de Dios y el Testimonio de Jesucristo " ( Apoc. 1, 1 - 2 ).
Se trata, pues , de una revelación, de levantar un velo, de un misterio que seguirá siendo misterioso, pero que se entreabre a cualquiera con los ojos de la fe. Será un descubrimiento progresivo del misterio de la Iglesia, luego del mundo y por último de Dios. Esta revelación no pretende decirlo todo, no será más que un balbuceo en comparación con el Apocalipsis definitivo, que nos espera en " el cielo nuevo y en la tierra nueva ".
El autor de esta revelación es Dios. En él, y solocarne. en él, el misterio es conocimiento y las tinieblas luz. Las confidencias que van a ser hechas sólo son conocidas por él y a aquellos a quienes, parcialmente, se las da a conocer. Jesucristo es el intermediario obligatorio de esta revelación, el depositario de la misma. Reflejo y eco de su Padre, su Palabra hecha carne. Asi pues , se trata de una palabra de Dios transmitida a nosotros por Jesucristo.
Los destinatarios. Son los siervos, los esclavos de Dios. Se trata de unos hombres y de unas mujeres que trabajan en su obra : un manual para trabajadores. " Siervo de Dios " es un título mesiánico aplicado preferentemente a Jesucristo ( Is.42,1 ) y participado por aquellos que se han comprometido en su seguimiento con el deseo de ser ciudadanos del Reino. Afecta, por consiguiente, para guia de sus vidas, a todos los creyentes de todas las Iglesias, para que modelen su conducta tomando como modelo la de Cristo - Siervo.
El objeto del escrito es " lo que ha de suceder " , es decir, lo que es teológicamente inevitable. El curso de la historia, en sus grandes líneas, esrá fijado por el proyecto salvador de Dios, cuyo término está fijado por él mismo. Nuestra historia personal está siempre abierta a una esperanza fundada, no existe un determinismo, porque el curso de los acontecimientos singulares está entregada a nuestra libertad. La expresión " suceder con premura " y no " suceder pronto " confiere a la historia un ritmo y unos hitos para caminar correctamente. Los puntos de orientación están colocados : la Encarnación , donde el tiempo se desvía hacia una orientación nueva y hacia la Jerusalén celeste, construida ya en el cielo. Una preparación para trasladarnos hacia la Ciudad Nueva. Des del Apocalipsis se elabora una teologia de la historia a partir de y a la luz de una eclesiologia y de una cristologia. La Iglesia se convierte en la reveladora de la presencia de Dios en la historia, cuyo sentido revela también ella. Desde esta perspectiva es la reunión de los siervos y de los profetas de Dios.
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