Las cartas contienen dos partes distintas . La primera es un saludo y una bendición de parte del Dios trinitario. La segunda es una corta liturgia en la que el corifeo desarrolla la acción acaecida en Jesucristo. En cada ocasión , la asamblea responde mediante un asentimiento creciente, con un Amén, y , después, Sí, Amén.
Estas cartas van destinadas a siete Iglesias que están en Asia, pero el Apocalipsis no está limitado a estos destinatarios asiáticos: está destinado , en virtud misma del simbolismo del número 7 , a todas las Iglesias de todas partes y de todos los tiempos. El tono pretende ser hierático, cultual y permite pensar que la continuación del texto está destinada a ser leida en público.
El celebrante saluda a la asamblea mediante un deseo : " Gracia y paz a vosotros ". El deseo de gracia es común entre los fieles provenientes del paganismo griego, mientras que la paz es algo cotidiano en los saludos semíticos ( ver última y penúltima fotografia). La gracia griega nos resulta familiar. Es gratuidad, flexibilidad del cuerpo, reverencia y benignidad. Dios provoca reverencia ante la asamblea de sus hijos e, implicitamente, les promete el carácter gracioso de sus dones.
La paz hebrea es otra cosa. Tiene que ver con lo que nosotros llamamos confort, la armonia interior y exterior, el bienestar. Desea a sus lectores - oyentes una remanso de descanso y de clemencia. GRACIA Y PAZ a vosotros miembros de la asamblea y comulgantes de la Mesa. Estas no pueden venir más que de Dios, el Dios trinitario de la fe cristiana.
A Dios se le da un nombre propio indeclinable. Este nombre no es más que una ampliación teológica de YHWH ( Yahvé) , que significa AQUEL QUE ES, el resultado de lo que la fe percibe sobre lo que Dios es para nosotros ( ver primera fotografia ). Lo que aquí se encuentra es el carácter permanente del " estar - ahí " de Dios a nuestro lado: estaba ahí ayer, y se puede verificar mediante una lectura creyente de la historia , está todavia ahí ahora, y tal es el objeto de nuestra fe, y , por último , " el que viene " como fruto de nuestra esperanza inmediata. No se dice que " vendrá " o que " estará " , porque eso equivaldria a descolgar hoy la esperanza cristiana. " El que viene " podria también traducirse por " el que está viniendo ". En hebreo no se distingue entre pasado / presente / futuro, sino simplemente entre la acción terminada y la inacabada. La presencia de Dios es así, al mismo tiempo, cosa hecha y que continúa haciéndose.
Tres son los títulos conferidos a Jesucristo ( ver segunda fotografia ) : testigo fiel, promogénito entre los muertos y principe de los reyes de la tierra. Testigo fiel, es decir, mártir fiel , a través de su pasión, muerte . Primogénito entre los muertos designa claramente su resurreción " Cristo es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación; pues por Él fueron creadas todas las cosas , las de los cielos y las que están sobre la tierra...... Él es antes de todas las cosas , y en El subsisten todas. Ël es la cabeza del cuerpo de la Iglesia, siendo El mismo el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo sea El lo primero " ( col. 1, 15 - 18 ). Y finalmente Príncipe de los reyes de la tierra alude claramente al señorío y dominio adquiridos mediante la exaltación a la derecha del Padre . Escribió San Pablo : " Por eso Dios lo levantó sobre btodo y le concedió el nombre - sobre. todo- nombre , de modo que el nombre de Jesús toda rodilla se doble , en el cielo, en la tierra y en el abismo y toda lengua proclame : ¡ Jesucristo es Señor ! para gloria de Dios Padre ". Reinar significa tener dominio sobre un territorio y sobre unas personas. Cristo afirmó muchas veces que era rey, pero que su reino no era de este mundo , pues era bun reino espiritual de verdad, justicia, amor, paz y libertad. " Tiene sobre su manto y sobre su muslo : Rey de Reyes y Señor de Señores " ( Apoc. 19, 16 ).
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